En marzo de 2012 se dio inicio a algo que se convertiría (con el paso de los años) en un icono dentro del mundo hispanohablante del hip hop. Alejo, un joven del barrio Caballito (ciudad de Buenos Aires), decidió crear una competencia de freestyle en su zona, ya que para medirse ante otros raperos era necesario trasladarse (generalmente) hasta distintos puntos de la periferia de la capital argentina. Meses después, otro batallero de la zona se sumaría al comité organizativo del torneo, Muphasa.
En sus inicios, y por varios años, la competencia se realizaba en una escalera de cinco escalones (de ahí el nombre) ubicada en la intersección de las calles Doblas y Chaco, que dan acceso al Parque Rivadavia. Allí concurrían para enfrentarse a base de rimas, MC’s que residían en ese vecindario porteño, y prácticamente el público externo era inexistente. Con el correr de las ediciones, “se corrió la bola” de la existencia un torneo de batallas incipiente, y freestylers que venían labrándose una reputación en otras competencias relevantes (por ejemplo: El Halabalusa o Freestyle en Las Vegas), comenzaron a inscribirse para participar. Durante éste primer año de vida se destacaban batalleros como Wolf, MKS, Midel, Toto, Antwan, Underdann, Aldito, Klave, Ateo, Iacho (quién luego tomaría el rol de beatboxer), y los propios organizadores (Alejo y Muphasa), entre otros.
Entre 2014 y 2015 se produjeron una gran serie de progresos dentro de El Quinto. Por un lado, el registro fílmico de las batallas mejoró considerablemente respecto a los años anteriores (y el formato con el que se publicaba), y por otro, la llegada de jóvenes prometedores que darían (más adelante) un recambio generacional en el panorama argentino de las batallas: Nacho, Ecko, Beelze, Dani y Tego, fueron algunos de ellos. Además, el evento empezó a recibir gente ajena a la competencia, que quería dar el presente como mero espectador.
El 2016, sin dudas, fue el año más trascendental para que El Quinto Escalón se convirtiese en un fenómeno de masas. Se cambió la locación donde se llevaba a cabo la competencia, en un principio a un cuadrilátero delimitado por tres árboles y un banco, y posteriormente al anfiteatro que posee el Parque Rivadavia como parte de su infraestructura. Esto, sumado a los avances producidos años anteriores, junto al auge de la disciplina en el país, decantaron en la viralización de las batallas que se producían allí. MKS vs. Underdann -final de la fecha 4- fue un antes y un después. La popularidad del evento traspaso fronteras y océanos, no hubo quién no conociese el torneo, dentro de los aficionados a las batallas hispanohablantes. Los números en redes sociales se multiplicaron, a la par que creció la afluencia de público presencial. Para coronar el año, en diciembre se realizó una “final nacional” en la sala Groove, que contó con la presencia de los principales exponentes regulares de El Quinto, sumados a la presencia de varios invitados especiales.
Tras generarse distintos percances durante las últimas fechas del 2016, la seguridad de los espectadores fue el centro de atención. Juntar miles de personas en un anfiteatro pequeño podría haber generado una catástrofe. Por eso, para 2017 los organizadores se plantearon la posibilidad de emplazar un escenario frente al monumento a Simón Bolivar, siempre permaneciendo en ese parque de Caballito. Criticado por muchos, aceptado por otros, el 14 de mayo se produjo la primera fecha sobre una tarima, con la implementación de un DJ (Veeyam), y todo el sistema de audio, iluminación y seguridad pertinente.
Y cuando el público comenzaba a adaptarse a los cambios (el 10 de septiembre), se subió un vídeo a las redes sociales de la competencia, en el que Alejo y Muphasa anunciaban que la 2017 sería la última temporada del torneo. El motivo expuesto fue la diferencia de opiniones en cuanto al futuro de El Quinto, entre ambos organizadores. Además se anunció la realización de un evento internacional, a modo de despedida, a llevarse a cabo en el mes de noviembre.
Comments